martes, 15 de julio de 2008

Universitarios presentan robots que escriben, leen y lanzan monedas


13:02 Los humanoides fueron diseñados por alumnos del último ciclo de la especialdad de Ingeniería Electrónica de la Universidad Católica


La expectativa era creciente al ver que transcurrían los minutos. Profesionales, estudiantes, niños y periodistas esperaban en el estrado del auditorio de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, a tres personajes que serían presentados en sociedad y que mostrarían sus especiales habilidades.
Varios minutos después de las 3:00 de la tarde, hora programada para su presentación, comenzaron a aparecer en el escenario.
Los tres protagonistas esperados fueron los robots Rolando, Escribot y Anaalfabeta, que gracias al diseño, ingenio y largas horas de trabajo de sus creadores (los alumnos del último ciclo de la especialidad de Ingeniería Electrónica de la PUCP), mostraron sus cualidades y demostraron el avanzado conocimiento en temas de robótica.
Previamente el doctor Jorge Heraud, catedrático y profesor principal del curso Proyecto Electrónico 2, disciplina a través de la cual se idearon estos prototipos, resaltó la labor de estudio e investigación de los tres grupos de alumnos que habían sido los creadores de estos robots.
Dicha casa de estudios a través del curso que dirige Heraud realiza anualmente la presentación de estos androides diseñados por alumnos a punto de concluir sus estudios de electrónica.
Cumplieron su tareaEl primero en hacer su presentación fue Rolando, un robot diseñado por un grupo de doce alumnos encabezados por el coordinador Andrés Olguín. Su misión como lanzador de monedas la cumplió a cabalidad. Primero lanzó una moneda simulada, luego la recogió y finalmente mencionó si la parte expuesta hacia su sensor era cara o sello.
El segundo en aparecer fue Escribot, otro robot con características humanoides, que fue creado por doce alumnos encabezados por el coordinador Carlos Pecho. Programado para movilizarse siguiendo una señal luminosa o sonora y para escribir algunas palabras, también cumplió su tarea.
Anaalfabeta, fabricada por igual número de estudiantes cuyo coordinador es Fernando Pujada, fue la tercera en presentarse. Logró, acatando órdenes de sus creadores, identificar y leer algunas letras.
Las tareas cumplidas por los robots merecieron que el trabajo asignado a los alumnos, para dar movimiento e 'inteligencia artificial' utilizando conocimientos de mecánica y electrónica, fuera reconocido con altas notas.
Extraído de Diario El Comercio Perú 15/07/08

La dieta del Señor de Sipán aún sigue vigente

8:13 Plato presentado en concurso usó los mismos ingredientes descubiertos en las tumbas de élite del complejo Huaca Rajada-Sipán


Chiclayo (El Comercio).- El potaje presentado por doña Juanita Zunini en el concurso Rescatando la Gastronomía Moche, llevado a cabo ayer en Chiclayo, estuvo a punto de pasar inadvertido debido a algunas características de su preparación. Sin embargo, cuando los exigentes paladares del jurado probaron el exquisito plato, no dudaron en otorgarle el primer puesto.Así, el yemeque de pescado de doña Juanita recibió el galardón denominado El Loche de Oro, el cual se otorga como el justo reconocimiento a una mujer que no solo se caracteriza por la deliciosa sazón que tiene, que es del deleite de los miles de comensales que acuden a su restaurante ubicado en Lambayeque, sino también porque a través de su gastronomía ha contribuido desde hace tres décadas a revalorizar la cocina ancestral de la cultura Mochica.La atención de los cientos de asistentes al certamen se centró en el potaje anunciado como la dieta del Señor de Sipán. Nadie entendía cómo se sabía que un plato compuesto por pescado sancochado sin ningún tipo de aderezo y acompañado con loche cocido, chileno verde, choclo, yuca y caigua podía ser, o acercarse a ser, lo que comía el famoso personaje. Pronto doña Juanita despejó las dudas.Zunini explicó que ella basó su plato en la combinación de los ingredientes descubiertos dentro de las vasijas enterradas hace 1.700 años en las tumbas de élite del complejo Huaca Rajada-Sipán, con lo cual cumplía con una de las principales premisas del concurso gastronómico: utilizar insumos propios de la culinaria moche.Los asistentes al certamen gastronómico retornaron a sus lugares de origen más que contentos, pues aprendieron un poco más de los tradicionales y milenarios alimentos mochicas, los cuales tienen por sus mayores exponentes a las palabritas (pequeñas conchas), la yuca, la papa, los ajíes, el loche y el maíz rojo, además de paltas, lúcuma, guanábanas, chirimoyas y guabas.El concurso, pues, había cumplido su cometido, al igual que Doña Juanita, quien se fue a su casa con los platos sucios y la olla vacía.

Extraído de el Comercio Perú, 15/07/08